En una cazuela alta, coloca las patatas bien lavadas previamente, enteras y sin pelar. Es conveniente que todas ellas tengan un tamaño similar. Añade la sal y cúbrelas con agua.

Pon las patatas a cocer a fuego medio-alto durante 40-45 minutos. Sabrás que están cocidas si al pincharlas con un cuchillo este se suelta fácilmente. Una vez cocidas, retíralas del fuego y escurre el agua.

El siguiente paso es pelarlas. Estarán muy calientes, por lo que te recomendamos esperar unos minutos para que pierdan temperatura y puedas quitar la piel sin quemarte.

Después trocéalas en un bol grande, incorpora la mantequilla, la pizca de nuez moscada y pimienta molida. A continuación agrega la nata ya batida, y mezcla bien todos los ingredientes.

Con la batidora, obtén una crema aterciopelada.

En cuanto al pulpo, puedes optar por comprarlo fresco y cocerlo en casa, o adquirirlo ya cocido, lo que te facilitará el trabajo si dispones de poco tiempo o simplemente no vas a consumir el pulpo completo. Corta el pulpo en rodajas de 1 ó 1,5 cm. de grosor.

En pequeños recipientes, vierte la melosa emulsión de patata hasta la mitad de su capacidad, y coloca 2-3 rodajas de pulpo sobre ella.

Echa sobre el pulpo unas escamas de sal, espolvorea con pimentón y riega con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

¡Tendrás el plato listo para servir!

TRUCO: aunque la receta va bien tanto en frío como en caliente, si la sirves templada tus comensales la disfrutarán mucho más.